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Principio de Causalidad: Toda acción nace de una causa. Crear consecuencias provocando las causas adecuadas es controlar la propia existencia. El arte de moverse con voluntad en la espiral del caos.

domingo, 27 de junio de 2010

Libertad


Libertad, en su máxima expresión es imposible de concebir, solo la esencia pura del Ser ha permanecido en esta. Pero es inútil permanecer en libertad total sin llevar a cabo acción alguna. La esencia pura por medio de la voluntad, reduce la interminable libertad pintando sobre ella el universo y todo lo existente.

Entonces, puede decirse que cualquier cosa pintada en el lienzo de la libertada absoluta, reduce esta misma, dándole sentido a una realidad perceptible y necesaria para el desarrollo del Ser. Porque la esencia pura decide reducir su existencia inmaterial, a una corpórea, y así se envuelve en carne y sangre, en un cuerpo limitado, deja de ser una verdad mental ilimitada, y se encierra entre las fronteras materiales de la piel.

Pero un cuerpo en medio de la nada tampoco puede existir, es por eso que con todo uso de su voluntad, el Ser puro imagina, y por tanto crea, un suelo en el cual puedan posarse sus pies, y también le da vida a un cielo bajo el cual pueda caminar y anhelar conquistar. Y así se forma todo el universo físico, que no es más que una creación mental, este es el origen de la Realidad.

Y teniendo un cuerpo que sentir, y un mundo para habitar con ese cuerpo, la esencia pura decide manifestar otras expresiones de vida: insectos, plantas, animales, y por último sus semejantes. Porque el Ser, en su nuevo estado, no puede habitar en soledad, debe reflejarse a sí mismo, a su imagen y semejanza. Decide tener un padre, y una madre, quienes de forma natural siembren la semilla que germinará con su llegada al mundo.

Una vez justificada la forma en que entraría a la realidad física, solo queda crecer y vivir en su creación, pero cuestión importantísima a tomarse en cuenta, es que el Ser decide olvidar su omnipresencia como dios creador de toda la realidad. Y pasa a vivir de forma simple como cualquiera de sus semejantes, sin percatarse que todos ellos no son más que su imaginación, el reflejo de sí mismo.

El ser humano es uno y único, tal y como suena, solo es uno. No hay más que la conciencia de uno mismo viviendo y recordando este mundo, fingiendo u olvidando que todo es un juego. Cualquier experiencia material o espiritual que esa única persona pueda percibir no es más que una muestra de su interior, de esa gran parte que está perdida y que busca volver a descubrir para convertirse de nuevo en la esencia pura.

El universo mismo con todos sus misterios, y con todas las leyes que lo forjan, todo lo que de forma racional la persona ha ido descubriendo, todo en lo que cree, el dios que se supone le da sentido a todo, todas estas cosas tienen significados y son reales mientras la realidad exista, mas allá de ésta, en la verdad, en lo desconocido, la persona no puede atreverse a pensar nada, pues, su mente no está en condición de asimilar algo que esté fuera de su condición de despertar consiente.

Toda la realidad, la creación mental en la que descansa la esencia pura del Ser, sirve para llevar a cabo un único objetivo: ayudar a la persona a completarse a sí mismo.

Porque es desconocido el porqué la mente pura del Ser se esparce, y solo deja de forma conciente una pequeña parte para que esta, mediante el reflejo de la realidad logre gradualmente irse redescubriendo. Pero lo que no puede disfrazarse es el hecho de que el universo en el que está inmersa la persona única, es la motivación perfecta para que la mente una todos los engranajes faltantes y ponga en marcha nuevamente la conciencia pura.

La persona solo tiene que vivir en su mundo, en el mundo real, nacer, crecer, reír, llorar, aprender y sobre todo entender, no comprender el porqué es que existe, sino concebir porqué cada cosa se da en el universo, descubrir la unión entre si mismo y todo lo demás, entender que la persona y el universo es lo mismo, lo que lo llevará a deducir que si entiende el universo, que es un reflejo de sí mismo, entonces tendrá la respuesta de su interior.

No se debe buscar a la fuerza el auto-entendimiento, la revelación interna, solo se debe vivir tratando de disfrutar la vida, disfrutar el gozo, la alegría, el amor, pero disfrutando también el odio, la tristeza, la soledad, vivir en un ininterrumpido desfrute del sufrimiento, porque la persona también tiene un lado siniestro, y si este se evita, no se estaría viviendo mas que la mitad de lo que ofrece este mundo.

Vivir, vivir al máximo toda experiencia posible, que para eso existe un universo tan complejo, pero cuando la persona entiende lo que hasta ahora se ha dicho, está en condición de escoger si es tiempo de darle dirección a su existencia o continuar viviendo aprendiendo sin método. Porque al entender y creer que él es único y creador de todo, puede empezar a ver el mundo interrogándose a si mismo, puede encontrarle sentido a todo el juego que se le pone por delante día tras día, y puede empezar a analizar porqué es que a sí mismo se ha recetado esta o aquella prueba o dificultad.


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